Estos son mantenidos en su interior descansando, pero no recuperándose hasta que no sean colocados en una máquina de un centro Pokémon o utilizando objetos de recuperación de salud como pociones. La relación del Pokémon con Poké Ball es muy importante también. Una Poké Ball no puede capturar un Pokémon que ya este capturado, esto evita el robo de Pokémon. De la misma forma, un Pokémon solo puede ser liberado cuando es expulsado de su Poké Ball. Si una Poké Ball se deteriora, o se rompe, se desconoce que es del Pokémon. Teniendo el cuenta el anime, estas no parecen además muy resistentes.
Es probable que la primera Poké Ball fuese la Poké Ball común de color rojo y blanco. Más tarde siguieron multitud de variedades con efectos específicos que las hacían más idóneas con determinados Pokémon. De forma que no se puede decir que exista un diseño fijo, excepto claro por la forma esférica característica. Son también pequeñas, ya que caben en el puño de un niño de 10 años (Ash en la primera temporada del anime) lo cual hace estimar su tamaño en unos 4 o 5 centímetros de diámetro. Pero a pesar de ello, pueden contener en su interior cualquier Pokémon, incluso los de gran tamaño, como Snorlax o Wailord. En la cuarta generación pueden adornarse con sellos, que muestran diferentes efectos al abrirse. Poco se sabe sobre al aspecto del interior de una Poké Ball, ya que casi nunca se ha visto. Teniendo en cuenta de nuevo la imagen de Jessie rompiendo su Poké Ball en el anime, sí se puede apreciar que las Poké Balls llevan cables en el interior de sus paredes.
Para capturar un Pokémon un entrenador debe lanzarle la Poké Ball directamente al Pokémon, pues al impactar rebotara y se abrirá, capturándolo con un rayo enérgico y almacenándolo en su interior. El punto central de la Pokéball parpadeará con una luz roja. Si el Pokémon es capturado esta se detendrá, pero si no se captura la Pokéball se abrirá dejando al Pokémon libre.
Aunque no es imprescindible luchar previamente contra los Pokémon salvajes, es altamente recomendable que dicho Pokémon se encuentre debilitado o con algún problema de estado, ya que aumenta las probabilidades de atraparlo. Un Pokémon puede resistirse a ser atrapado. Por otra parte, en ocasiones deben ser atrapados inmediatamente cuando aparezcan ya que huyen (en particular algunos Pokémon como Abra, Latios, Latias, Suicune, Raikou, Entei, Mesprit y Cresselia) o en su defecto usar ataques que duerman (como hipnosis) o Mal de ojo para evitar que huyan y poder combatir.
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